El 15 de agosto de 1977, el radiotelescopio Big Ear (actualmente destruido) de la Universidad del Estado de Ohio, percibió una misteriosa señal que procedía de más allá del Sistema Solar.
Este fenómeno continuó durante 37 segundos, siendo registrado por un ordenador que imprimía los resultados en una sección de papel continuo. Pasados unos días, el astrofísico Jerry R. Ehman examinó los registros y se quedó atónito al contemplar aquel patrón, escribiendo al lado la palabra “Wow!”, una interjección empleada en inglés que podría traducirse como «¡caramba!».
En el papel vemos señalados los caracteres «6EQUJ5″… ¿qué significan? Son valores de intensidad, pero sólo pueden ocupar un carácter, por lo que se tomaban los números desde el 1 (mínimo) al 9, y para valores mayores se tomaban letras del abecedario: A=10, B=11, C=12, etc… El número cero se representaba con un espacio en blanco, y si se superaba el valor 36 (tras pasar la letra Z), el programa volvía empezar desde cero.
De este modo, la señal Wow! reflejaba los siguientes valores:
6 – Rango del 6.0 al 6.999…
E – Rango del 14.0 al 14.999…
Q – Rango del 26.0 al 26.999…
U – Rango del 30.0 al 30.999…
J – Rango del 19.0 al 19.999…
5 – Rango del 5.0 al 5.999…
El registro «U», que significa un rango de 30.0 a 30.999…, fue el mayor valor jamás visto, y no se cree que hubiese sobrepasado el límite de 36 (vamos, no se cree que fuese una señal 66).
El estudio de los datos señaló que la fuente de la radiación estaba situada en la constelación de Sagitario, y que se encontraba en una parte del espectro en la que las transmisiones estaban prohibidas.
A día de hoy aún no se ha podido encontrar una explicación al origen de la señal, declarada por la revista New Sciencist como uno de los mayores misterios científicos contemporáneos. Pero según Dan Werthimer, astrónomo de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos) y principal científico de SETI@home (un proyecto para la búsqueda de inteligencia extraterrestre), esta pudo haber sido originada simplemente por una interferencia.
La señal provenía de la constelación de Sagitario.
El radiotelescopio OSURO (Ohio State University Radio Observatory) Big Ear estuvo operativo desde 1963 hasta 1997. Consistía en una reflector llano que se podía inclinar para mandar las ondas de radio a otro reflector parabólico. Este a su vez, las concentraba en un receptor de microondas.
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