El estudio del calor comenzó junto a la invención de la máquina de vapor a principios de la Revolución Industrial. La necesidad de disponer de una fuente de energía superior a la de los competidores, impulsó a los científicos ingleses, franceses y alemanes a desarrollar lo que hoy denominamos termodinámica.
Se trató de un asunto en el que la tecnología estimuló la investigación básica antes que a la inversa.