El té de roca es como se denomina a la planta Jasonia glutinosa, también conocida de manera común como té de Aragón. Se le otorgó el sobrenombre de «roca», ya que crece en las rocas calcáreas de las zonas montañosas de Aragón, Cataluña y Valencia, por lo que es autóctona de España y es especialmente famosa en Segovia.
Lo de «té» puede dar a equívocos, ya que este arbusto no contiene teína o cafeína. Lo bueno de esta planta es que cuando la tomamos como infusión, sirve para arreglar desórdenes gástricos como diarreas, empachos e indigestiones debido a los taninos que posee.
Otra propiedad es la de tonificarnos, por lo que es muy buena para relajarnos ante problemas nerviosos.
Para las infecciones es perfecta aplicada vía tópica en heridas o hinchazones, y sirve para curar problemas de la piel o los ojos, como la conjuntivitis. Incluso se utiliza para bajar la hinchazón de las vacas cuando la hierba se les fermenta en su interior.
Y como colofón final, es una planta excelente para la hipertensión.