También denominados en inglés “Low Speed Wind Tunnels” o «Subsonic/transonic wind tunnel«, son aparatos que nos posibilitan estudiar en laboratorios la aerodinámica de cualquier cuerpo que se coloque en su interior. Se trata de una habitación con una plataforma que gira en su centro, a la que se sujeta el objeto.
La pared ubicada frente a él está conformada por una rejilla por la que penetra el aire que manda una gran turbina colocada detrás, al tiempo que actúa como un difusor, proporcionando uniformidad a la corriente ventosa.
En un lateral, protegido por una ventana, se encuentra el laboratorio que recibe los datos de los sensores que se instalan sobre la superficie del objeto y analizan la velocidad del aire, su dirección, formación de los remolinos y otros.
La plataforma se puede girar para cambiar el ángulo de incidencia del aire. Las industrias automovilística y aeronáutica son las principales consumidoras del ingenio, aunque desde hace un par de décadas también se emplea para mejorar la práctica de determinados deportes.
Por ejemplo, como el esquí o el ciclismo, que gracias a los estudios realizados, han mejorado la posición de los deportistas durante las competiciones. El primer deporte en usarlo fue el kilómetro de esquí.