Si bien frecuentemente se suele pasar de largo para ir a sus cercanas costas, Vitoria-Gasteiz suele ganarse a los visitantes gracias a sus frondosos espacios verdes, su arquitectura de gran valor histórico y a su abundante oferta gastronómica.
Aparte, debido a las facilidades que proporciona para acceder a las reservas de montañas existentes en el área, la capital del País Vasco es el punto de partida perfecto para la exploración del norte del país.
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Vitoria posee un encanto especial, aparte de ser una gran ciudad con un casco antiguo que transmite mucha historia, conocido con el sobrenombre de la Almendra.
Hace pocos años consiguió el título ‘Global Green City Award’ respaldado por la ONU, que no sólo premia la abundancia de espacios verdes en las ciudades, sino también los niveles de sostenibilidad, equidad, identidad, seguridad, prosperidad y felicidad de sus habitantes.
A buen seguro, aunque visites muchas veces Vitoria, siempre te marcharás con la sensación de que te han quedado muchos sitios por descubrir, y es que la capital alavesa posee una rica e interesante cultura que te cautivará y obligará siempre a querer saber más sobre ella.
Qué ver en Vitoria
Vitoria es una ciudad muy agradable para vivir en ella, pudiendo llegar a todos los sitios a pie o en bicicleta, algo muy recomendable de hacer gracias a su extraordinario Anillo Verde, el cual es un espacio que respeta la naturaleza y el medio ambiente.
Si vamos a visitarla, quedaremos encantados por su colorida propuesta en cuanto a monumentos, museos, parques, restaurantes o bares, en los que podremos tomarnos sus famosos pintxos sin importar el día de la semana que sea.
A la hora de elegir apartamentos en Vitoria centro destinados al alojamiento o alguna otra opción de alojamiento, hay que tener en cuenta su ubicación y demás características.
Un claro ejemplo de ello es el Apartahotel Líbere, que nos ayudará a tener todos los puntos de interés turístico a mano, así como los principales medios de transporte.
En cuanto al hotel en sí, es una delicia por la comodidad y autonomía que nos ofrece su cocina completa, así como todos los servicios indispensables que harán que nos sintamos como en nuestra propia casa: aire acondicionado, Wifi, TV, menaje o accesorios de baño por poner algunos ejemplos.
De esta forma, será muy fácil realizar turismo por Vitoria y sus alrededores, ya que podremos descansar y tomar fuerzas cada día en nuestra propia habitación, teniendo cafeterías y restaurantes cerca para que no nos falte la buena comida.
En cuanto a otras características de interés, podemos destacar su recepción abierta a cualquier hora del día, el parking privado, el servicio de lavandería y planchado, las instalaciones adecuadas para personas con movilidad reducida e incluso poder llevar a nuestras mascotas si así lo precisamos.
Como ya tenemos nuestro alojamiento cubierto, solo nos queda conocer qué sitios son de visita obligada, tanto de Vitoria, como de sus alrededores.
Plaza de la Virgen Blanca
Esta plaza, también conocida como La plaza vieja, es uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad y, sin duda, no podemos dejarla fuera de nuestra visita al recorrer Vitoria.
En la parte central de esta plaza veremos una estatua que conmemora el enfrentamiento de los vitorianos contra los franceses en tiempos de Napoleón.
También podremos disfrutar de la estructura elaborada con plantas que forma las palabras de Vitoria Gasteiz y fue erigida en este lugar a raíz de la designación de la ciudad como Capital Verde con el galardón «European Green Capital» en 2012 (sí, este título es otro diferente al que consiguió en 2019).
Con el tiempo, este sitio se ha convertido en uno de los nuevos símbolos de la ciudad, siendo objeto de numerosas fotografías de los turistas que pasan por allí.
Si visitamos la ciudad el 4 de agosto, no podemos perdernos el txupinazo de las fiestas patronales de la Virgen Blanca, el cual se realiza en esta plaza mientras la multitud enciende puros y abre botellas de champán.
Durante el acto, también podremos ver a Celedón, un personaje que llegará bajando del cielo con un paraguas y dará el pistoletazo de salida para las fiestas patronales de Vitoria, que se celebran el día siguiente (5 de agosto).
Si queremos ver a Celedón, tendremos que ascender al balcón de la azotea de la Iglesia de San Miguel Arcángel. Allí encontraremos su estatua, aparte de unas extraordinarias vistas de la ciudad.
La Iglesia de San Miguel Arcángel es un templo gótico-renacentista, siendo el más antiguo de la ciudad. Si lo visitamos por dentro, veremos un impresionante retablo presidido por una talla de la Purísima, la cual lleva el manto caído sobre sus hombros y las manos juntas en el centro.
Plaza Nueva
Muy cerca de la plaza de la Virgen Blanca, accederemos a la Plaza de España a través de una calle estrecha. Dicha ubicación, conocida también como la Plaza Nueva, aunque fue instaurada en el siglo XVIII, en realidad se trata de una las primeras instalaciones que se desarrollaron en el ensanche de la ciudad.
La Plaza Nueva es una construcción de índole neoclásica y forma cuadrada. En la parte norte se halla el Ayuntamiento, y desde el año 2018, la oficina de turismo, por lo que es el lugar ideal en el que recopilar información sobre sitios y actividades para realizar en Vitoria.
La base de todo el contorno de la plaza está constituida por pórticos con arcos de medio punto y columnas adyacentes, las cuales son columnas en las zonas de entrada.
Plaza del Machete
Si queremos sumergirnos en la zona medieval, lo ideal es que vayamos a ver los Arquillos de Vitoria, una calle con soportales que posee un gran valor arquitectónico, ya que fue proyectada para comunicar el casco antiguo de Vitoria con el nuevo Ensanche, que estaba construyéndose en ese momento.
Al final de este paseo, encontraremos la Plaza del Machete, que fue bautizada con este particular nombre debido al machete que podemos encontrar en un nicho de la parte exterior de la Iglesia de San Miguel.
Esta reproducción hace honor al arma sobre la cual prestaban juramento los representantes de Vitoria cuando accedían a un cargo.
Tampoco debemos perder de vista el Palacio de Villasuso, que aun siendo erigido en el siglo XVI y teniendo un estilo renacentista, por dentro cuenta con una moderna sede de congresos y un precioso salón principal recubierto de piedra. También es de alabar la belleza de su balcón.
Casa del Cordón
En el casco antiguo damos con una de las calles más icónicas de toda la ciudad, llamada Cuchillería (la popular «Kutxi»), muy conocida por sus ricos pintxos y el buen ambiente reinante.
También cuenta con imponentes edificios como la Casa del Cordón, bautizada así en honor al cordón franciscano de piedra que se encuentra alrededor del arco de su entrada.
Este palacete del siglo XV tiene un estilo gótico y fue residencia ocasional de Felipe el Hermoso y Juana la Loca, poseyendo en su interior una torre medieval coronada por una hermosa bóveda estrellada. Lo mejor es que la entrada es gratuita, así que es un lugar que no debemos perdernos.
Palacio de los Arrieta-Maestu
Si seguimos andando por la calle Cuchillería, pasaremos por el Palacio de los Arrieta-Maestu (también conocido como Palacio Bendaña) que fue construido en el siglo XVI y acoge el Museo Bibat.
Este museo comprende a su vez el Museo Arqueológico, en el que podremos repasar la historia de la ciudad hasta la Edad Media, así como el Museo Fournier de Naipes, que contiene una de las mejores colecciones de barajas de naipes del mundo.
Plaza de la Burullería
Esta magnífica plaza era, en tiempos del medievo, la necrópolis de la ciudad. Tomó su nombre de los artesanos que realizaban allí sus actividades en el pasado, los burulleros, que elaboraban y comerciaban paños bastos, telas y saquerío en fibra de esparto, restos de lana, etc.
Es por eso que en una de las paredes laterales de la plaza se puede admirar el mural «Al hilo del tiempo» (de 2007), que es un homenaje a esos operarios y al arte de la burullería.
Esta plaza se encuentra rodeada por diversos edificios medievales de gran valor histórico, como la Casa Armera de los Gobeo y Landázuri-Guevara, la Torre de los Hurtado de Anda (que es la torre defensiva más antigua de Vitoria) y el Portalón, que data del siglo XV y fue una posada para mercaderes, aunque a día de hoy es un restaurante.
Catedral de Santa Maria
Si visitamos la parte más elevada de Vitoria, podremos disfrutar de la catedral vieja, llamada de Santa María, la cual fue erigida en el siglo XIII. Presenta un estilo gótico y puede considerarse una de las edificaciones más importantes de la ciudad.
Esta catedral se encuentra en la lista de monumentos Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 2015, concretamente bajo el título de Caminos de Santiago: Camino francés y caminos del Norte de España.
Aunque se encuentra en estado de restauración desde el año 1994, existe un programa de visitas guiadas por la obra. Así podremos ver por dentro la construcción que inspiró a Ken Follet o Pablo Coelho, y conoceremos de cerca el bagaje histórico de la ciudad y su relación con la construcción de la catedral.
Palacio Escoriaza-Esquivel
Próxima a la catedral de Santa María, al lado de las murallas medievales del siglo XI (que son otra construcción que no debemos perdernos), nos toparemos con el Palacio Escoriaza-Esquivel, que fue edificado por encargo del médico de la corte de Carlos V en el siglo XVI.
Este palacete constituye uno de los tesoros arquitectónicos del renacimiento de la ciudad por su riqueza estructural y ornamental.
Aunque en el transcurso de los años ha sido la ubicación de diversos edificios, a día de hoy se encuentra en estado de restauración. Eso sí, merece la pena contemplar su fachada principal con un portal plateresco en el que se pueden admirar los bustos de sus dueños.
Palacio de Montehermoso
Muy cerquita del Palacio de Escoriaza-Esquivel podremos disfrutar de otro palacio renacentista del siglo XVI, el Palacio de Montehermoso.
Esta morada fue empleada como residencia de los reyes cuando pasaban por la ciudad y más tarde fue testigo del amor entre la marquesa de Montehermoso y José I Bonaparte en el periodo que estuvo reinando en España.
En la actualidad es un centro cultural y se conserva en perfecto estado, a pesar de que por dentro no haya mucho rastro de aquel antiguo esplendor palaciego.
Parque Florida
Tampoco debemos perdernos el Parque de la Florida, que es uno de los más importantes y simbólicos de Vitoria, ya que atesora una gran belleza y cuenta con numerosas especies de árboles, siendo un lugar ideal para pasear.
Cabe destacar que en uno de sus accesos, podremos ver el edificio que actualmente es la sede del Parlamento Vasco.
Ruta de los Murales
Si eres amante del street art, la ciudad de Vitoria te encantará por su extenso itinerario muralístico lleno de pinturas por toda la ciudad, algo que forma parte del proyecto IMVG La ciudad pintada.
En su sitio web podemos deleitarnos con todos los murales existentes, contando aparte con visitas guiadas.
Los pintxos
El País Vasco cuenta con una magnífica oferta gastronómica, y Vitoria no iba a ser menos, pudiendo disfrutar de sus platos tradicionales y sobre todo, sus famosos pintxos.
Un ejemplo lo tenemos en su pintxo pote, originario de esta ciudad y que consiste en una oferta de pintxo y bebida a mitad de precio. Antiguamente solo se ofrecía los jueves, aunque a día de hoy también podemos pedirlo otros días de la semana.
Una de las mejores formas de ir de pintxos, es recorrer la calle de Cuchillería, ya que encontraremos muchos bares y restaurantes de gran fama y calidad.
Qué ver en los alrededores de Vitoria
Una vez hemos recorrido algunos de los puntos de interés de la ciudad de Vitoria, no está de más conocer qué otros sitios son recomendables visitar por los alrededores de la ciudad.
El Anillo Verde
Sin lugar a dudas, este es uno de los parajes más bonitos que podemos encontrar a las afueras de Vitoria, constituido por un recorrido de más de 30 kilómetros de zonas verdes que rodean la ciudad.
Es ideal para atravesarlo en bicicleta, ya que cuenta con una estupenda red de carril bici, siendo la mejor forma de disfrutar de los ríos, arroyos, humedales y bosques por los que pasaremos entre los campos de cultivos y aldeas.
A destacar el atractivo y biodiversidad del parque de Salburua, un humedal donde encontraremos rutas autoguiadas muy sencillas de recorrer en unas dos horas. En estas marismas hallaremos diferentes especies de aves, ciervos, anfibios y reptiles, todos ellos conviviendo en una flora de gran frondosidad.
Al parque de Salburua se puede llegar dando un paseo en bici, tomando un autobús o en coche, siendo un sitio muy cómodo para aparcar.
Por las inmediaciones del Anillo Verde encontraremos el Centro de Interpretación de la Naturaleza Ataria, el Pabellón Fernando Buesa Arena (que puede albergar 15.500 personas) y el edificio sede de la Caja Vital.
Por la zona sureste está la Basílica de Armentia, por la que, siguiendo el Paseo de la Senda y el Paseo de Cervantes, llegaremos al Museo de Bellas Artes y Museo de Armería, que acoge la espada del General Álava.
Sin lugar a dudas, conocer el Anillo Verde es una de las mejores cosas que podemos hacer en Vitoria.
Salinas de Añana
Esta localidad tiene manantiales de agua salada que nutren al río Muera, contando con afluentes subterráneos que pasan por sedimentos de sal antes de aflorar a la superficie. Dicha explotación está constatada desde el año 822.
En esta zona podremos observar un paisaje lleno de eras de extracción de salmuera que exponen los procedimientos antiguos para recoger las distintas clases de sal obtenidas del Valle Salado que, junto con las de Poza de la Sal, fueron las más importantes de toda la península ibérica.
Estas salinas prosperaron en el medievo gracias al mercadeo de la sal y actualmente nos proporcionan un paisaje único que se puede divisar desde la carretera.
Trespuentes
Al volver a Vitoria, si nos dirigimos hacia Nanclares de la Oca, llegaremos a Trespuentes. En este pueblo disfrutaremos de las vistas de un pontón de la época romana que cruza sobre el río Zadorra.
Es un puente de trece ojos, siendo seis de ellos de mayor tamaño, justo los que están posicionados contrarios al pueblo. La parte de los pilares tiene forma rectangular y presenta tajamares, mientras que en la parte de los extremos figuran unos estribos.
Jardín Botánico de Santa Catalina
Muy cerca de Trespuentes podemos visitar el Jardín Botánico de Santa Catalina, que ocupa la falda de la Sierra de Badaya. Sólo se puede acceder entre los meses de marzo a diciembre, siendo un sitio que merece la pena visitar por la abundante flora de la que podremos disfrutar.
Este jardín cuenta con más de 1.200 especies de plantas, estando segmentando en tres grandes áreas que se reparten las de índole atlántica, las de los humedales y las de solana.
En este emplazamiento la naturaleza alavesa se da la mano con la historia centenaria, ya que podremos admirar también los vestigios de un monasterio, un palacio y una iglesia que fueron construidos entre los siglos XIII y XIV.
El Asentamiento de Iruña Veleia
El yacimiento arqueológico de Iruña-Veleia se encuentra en medio de la Llanada Alavesa, pudiendo visitarse de forma gratuita las casi 11 hectáreas de las que consta todo el complejo.
Aquí encontraremos los restos romanos más importantes, no solo de Araba, sino de todo Euskadi. De paso, podremos conocer las costumbres de sus moradores en la antigüedad, por lo que será una excelente ocasión para aprender historia.
El complejo de Iruña-Veleia fue un antiguo asentamiento autóctono cuyo nacimiento se fecha en el siglo VIII a. C, aunque habría que esperar hasta el siglo I d. C para que se surgieran las primeras casas romanas, llamadas domus.
Por su importancia histórica, está catalogado como uno de los patrimonios culturales más importantes de Euskadi.
Torre de Mendoza
De regreso a Vitoria pasaremos por el concejo de Mendoza, en el que podremos admirar esta torre señorial de comienzos del siglo XIII.
Esta edificación fue testigo de la batalla de las Navas de Tolosa, acontecida el 16 de julio de 1212, la cual rompió el cerco de cadenas de Miramamolín (Muhamad An-Nasir). Para conmemorar esta victoria, se agregó una orla de cadenas a su escudo de armas.
Rutas naturales por Álava
Si somos amantes de la naturaleza, podremos disfrutar de numerosas rutas verdes repartidas por las afueras de Vitoria, llenas de bellos paisajes para recorrer en bicicleta, o bien a pie realizando senderismo.
Para ello, siempre podemos alquilar una bici a través de la recepción de nuestro hotel o en la oficina de Turismo.
El viejo ferrocarril que unía Navarra con el País Vasco, ahora es una ruta verde, la cual nos llevará al Pantano Ullibarri si vamos en dirección norte.
Este paseo de unos 15 km nos permitirá llegar a la playa artificial de Landa, una zona recreativa que durante la época estival rebosa de vida, pudiendo llegar a ella también en coche.
Si nos dirigimos hacia el sur, esta antigua línea de ferrocarril nos acercará a la Montaña Alavesa, que cuenta con hermosos paisajes de robles y hayedos que crecen en ligeras pendientes.
Mientras nos dirigimos hacia allí, en la localidad de Argandoña hallaremos el Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz, una auténtica joya románica. Esta construcción está catalogada como BIC (Bien de Interés Cultural) y también es monumento histórico-artístico propiedad del Tesoro Artístico Nacional.
Si nos decantamos por el senderismo, podemos visitar el Parque del Gorbea, que es la montaña más alta de Álava. El monte posee distintas rutas de varias dificultades y podemos llegar en coche si vamos por la carretera hacia Bilbao y tomamos la salida de Gopegui.
Otra zona que también podemos visitar es el hayedo del Monte Zaldiaran, o también el Cerro de Olarizu si no queremos ascender tanto. Desde allí tendremos unas vistas inmejorables de la ciudad de Vitoria. Incluso podemos llegar andando desde la misma Vitoria en un trayecto de unas 3 o 4 horas.